¡Confesiones inolvidables! Así admitieron los gringos planes contra Venezuela, entre ellos la pretendida invasión del 23F

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El pueblo en reiteradas oportunidades ha evitado que los planes imperiales se concreten. Fotos Internet

VEA / Yuleidys Hernández Toledo

El 23 de febrero de 2019 Venezuela y el mundo vieron con asombro cómo la derecha venezolana, liderada en ese entonces por el golpista Juan Guaidó, promovió un intento de invasión contra el país usando como excusa el ingreso de una supuesta “ayuda humanitaria”. Para sus acciones criminales la derecha contó con el apoyo de los regímenes de Colombia, Estados Unidos, y de organizaciones como el autodenominado Grupo de Lima y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés). Las acciones criminales planificadas contra la nación fueron confesadas posteriormente por funcionarios gringos.

Así lo confesó Bolton

En su libro La habitación donde ocurrió, difundido en 2020 el exconsejero de Seguridad, John Bolton, admite la participación del régimen estadounidense, liderado en esos años por Donald Trump, para tratar de derrocar al gobierno constitucional de Nicolás Maduro. Entre ellos confiesa su participación en el intento de invasión de Venezuela, en febrero de 2019.

«En Venezuela se estaba desarrollando un plan que nos pareció prometedor, para llevar suministros humanitarios a través de las fronteras de Colombia y Brasil para distribuirlos por toda Venezuela. Hasta ahora Maduro había cerrado efectivamente las fronteras lo cual era factible porque el terreno difícil, los espesos bosques y selvas hacían casi imposible cruzarlas, excepto en los conocidos y establecidos puestos de control fronterizos. El proyecto de ayuda humanitaria demostraría la preocupación de Guaidó por el pueblo de Venezuela y también mostraría que las fronteras internacionales estaban abiertas lo que reflejaba la creciente falta de control de Maduro», admite Bolton en su libro que puede ser leído en el portal Cronicon.

Recuerda que 10 días antes que tuviesen lugar los planes del 23 de febrero, el entonces presidente de Colombia, Iván Duque, visitó a Trump en la Casa Blanca, «y la discusión se centró en Venezuela. Trump preguntó a los colombianos si deberían haber hablado con Maduro seis meses antes, y Duque dijo inequívocamente que habría sido una gran victoria para Maduro, implicando que sería un error aún mayor hablar con él ahora. Trump dijo que estaba de acuerdo, lo que me alivió enormemente. Luego preguntó cómo iba el esfuerzo en general y si el impulso estaba con Maduro o con Guaidó. Aquí, el embajador colombiano Francisco Santos fue particularmente efectivo diciendo que incluso hace dos meses habría dicho que Maduro tenía la ventaja, pero ya no creía que fuera cierto, explicando el porqué. Esto se registró claramente en Trump».

Agrega Bolton en su memoria que «la oposición refinó su pensamiento sobre cómo «forzar» la ayuda humanitaria a Venezuela desde Colombia y Brasil, y fijó el sábado 23 de febrero como fecha límite. El sábado anterior unas seiscientas mil personas se habían apuntado en Caracas para ayudar. Después de mucha coordinación entre la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y el Pentágono, aviones de carga C-17 estaban ahora aterrizando en Cúcuta, uno de los principales puntos de cruce de la frontera colombiana, descargando la ayuda humanitaria para cruzar los puentes que conectan los dos países. Dentro de Venezuela, el movimiento hacia la oposición continuó. El obispo católico de San
Cristóbal, que también era vicepresidente de la conferencia de obispos católicos del país, habló públicamente refiriéndose específicamente a una transición en el poder lejos de Maduro. Esperábamos que la Iglesia tomara un rol público más activo y eso parecía estar sucediendo ahora. A medida de que se acercaba el 23 de febrero se intensificaron los rumores de que un líder militar de alto nivel, probablemente el comandante del ejército venezolano Jesús Suárez Chourio, anunció públicamente que ya no apoyaba a Maduro».

Siguió admitiendo su participación en los planes de invasión al confesar, «Estábamos haciendo nuestra parte con un discurso de Trump en la Universidad Internacional de Florida en Miami el 18 de febrero, que podría haber sido un mitin de campaña, tan entusiasmada estaba la multitud. Los planes para el día 23 se hicieron realidad, ya que el presidente Duque anunció que se le unirían en Cúcuta los presidentes de Panamá, Chile y Paraguay, y el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro. Esto demostraría de manera convincente que la revolución de Venezuela difícilmente fue «hecha en Washington».

Recuerda en su admisión de culpabilidad que «Guaidó salió de Caracas a escondidas el miércoles, dirigiéndose a la frontera colombiana, donde, según lo previsto originalmente, esperaría del lado venezolano mientras la ayuda humanitaria llegaba a través del puente internacional de Tienditas
desde Colombia. Escuchamos, sin embargo, que Guaidó estaba pensando en cruzar a Colombia para asistir a un concierto patrocinado por Richard Branson en Cúcuta el viernes por la noche para apoyar la asistencia a Venezuela, y luego llevar la ayuda de vuelta a través de la frontera al día siguiente, enfrentándose con las fuerzas de Maduro, si es que llegaba, directamente.
Esto no fue una buena idea, por varias razones, era muy dramático pero peligroso, no solo físicamente, sino más importante, políticamente. Una vez que cruzara la frontera y saliera de Venezuela, probablemente sería difícil para Guaidó volver a entrar».

Operación esfumada y decepción

En su libro Bolton, quien admite que acortó su itinerario en Asia para estar pendiente de los planes de la derecha en Venezuela, expresó su decepción por la manera en cómo se «esfumó la operación».

«Durante semanas se habían estado acumulando suministros de ayuda en varios puestos de control de ambas fronteras, y se prepararon convoyes adicionales para llegar a los puestos de control a lo largo del día, escoltados por voluntarios de Colombia o el Brasil, para ser recibidos del otro lado por voluntarios venezolanos. Al menos ese era el plan», relata.

«Guaidó llegó al Puente Internacional de Tienditas alrededor de las nueve de la mañana preparado para cruzar. Hubo informes durante todo el día de que estaba a punto de cruzar, pero no ocurrió sin explicaciones reales. De hecho, la operación simplemente se esfumó con excepciones en algunos lugares en los que los voluntarios trataron de llevar la ayuda; tuvieron éxito en la frontera con Brasil, pero no así en la frontera con Colombia», expresa en el texto al narrar su decepción. Agregó: «Al final del sábado, pensé que la oposición había hecho poco para avanzar en su causa. Me decepcionó que los militares no hubieran respondido con más deserciones, especialmente en los niveles superiores».

Ante el fracaso, Bolton admitió en su texto que habló con el entonces vicepresidente de EEUU, Mike Pence, que se dirigía a Bogotá días después del 23 para representar al país en el Grupo de Lima, y le subrayó la necesidad «de persuadir a Guaidó de volver a Caracas (…). Pence estuvo de acuerdo y dijo que se reuniría con Guaidó en un trío con Duque. También insté a Pence a presionar por más sanciones contra el régimen de Maduro para mostrar que tenía que pagar un precio por bloquear la ayuda humanitaria».

«Venezuela desapareció de la pantalla del radar mientras estábamos en Hanoi, pero cuando volví de Vietnam el 1 de marzo estaba de nuevo en el centro. Guaidó ahora de gira por Latinoamérica estaba por fin considerando seriamente cómo reingresar a Venezuela, ya sea por tierra o volando a Caracas directamente. Mantuve a Trump informado, y me dijo el domingo 3 de marzo, «Él (Guaidó) no tiene lo que se necesita… Aléjate un poco de él; no te involucres demasiado», que era como decir ‘No te quedes demasiado embarazada'», agrega más adelante.

El concierto y los paramilitares

El 22 de febrero de ese año la derecha internacional realizó en Cúcuta el concierto “Live Aid Venezuela”. Fue organizado por el magnate británico Richard Branson, un «alto pana» del expresidente estadounidense Barack Obama, el mismo que declaró en 2015 a Venezuela como «amenaza inusual y extraordinaria» para la seguridad de EEUU, reveló en esa oportunidad el portal de investigación La Tabla, en su tuiter.

El concierto supuestamente buscaba recaudar 100 millones de dólares para el envío de una presunta «ayuda humanitaria» a Venezuela. Nunca lograron cumplir con la meta de recaudación y tampoco se supo el destino final de los recursos que conquistaron.

Ese 22 de febrero, el ultraderechista Juan Guaidó, quien tenía prohibición de salida del país luego de su autoproclamación como supuesto presidente interino llegó a Cúcuta, Colombia, para dirigir la agresión contra Venezuela. El golpista había establecido como fecha para ingresar la supuesta «ayuda humanitaria» al día siguiente.

Ese 23 de febrero de 2019 quedó en evidencia que el verdadero plan de la derecha era generar desestabilización en el país. En los camiones que pretendían ingresar y que fueron quemados ese día por violentos de la oposición se encontraron materiales para fomentar las guarimbas. Entre los kits que contenía había pitos, cables, guayas, máscaras antigases y clavos, evidenció Telesur en esa oportunidad.

Pero lo más grave de estos planes fue expuesto meses después. En septiembre de 2019 salieron a la luz pública fotografías del golpista Guaidó junto con cinco narcoparamilitares de banda criminal colombiana Los Rastrojos, quienes lo ayudaron a ingresar a territorio neogranadino en febrero de ese año.

Las dos primeras fotografías fueron dadas a conocer por el director ejecutivo de la Fundación Progresar, Wilfredo Cañizares. En la primera de ella se veía a Guaidó junto con Jhon Jairo Durán Contreras, alias “Menor”, “Carlitos” o “Costeño”, quien asumió la dirección de la banda paramilitar Los Rastrojos en 2019. En la segunda, junto con Albeiro Lobo Quintero, alias “Brother”, cabecilla financiero de la organización criminal.

Esta autora tuvo la oportunidad de entrevistar vía whatsapp, para Diario VEA, en octubre de 2019, al director ejecutivo de la Fundación Progresar, Wilfredo Cañizares, quien denunció que hasta esa fecha alrededor de 16 asesinatos se habían registrado en la frontera entre Colombia y Venezuela, luego que en septiembre de ese año salieran a la luz pública fotografías de Guaidó junto con cinco narcoparamilitares pertenecientes a la banda criminal colombiana Los Rastrojos:

-Usted denunció el 21 de septiembre de 2019 que el acuerdo de Guaidó con narcoparamilitares desencadenó una serie de crímenes atroces en Puerto Santander. ¿Qué está ocurriendo realmente? ¿Están eliminando a los testigos de la reunión?

-Sí. Lo que tenemos entendido es que todo el escándalo nacional e internacional se generó por la publicación de la fotografía y el haber hecho público el acuerdo que tenía ese sector de la oposición con los narcos de Los Rastrojos para operar libremente en esta parte de la frontera con Colombia, en el supuesto caso de la llegada al poder de la oposición, lo que desencadenó acciones por parte de Los Rastrojos para indagar, para averiguar o saber quiénes habían publicado las fotos y por dónde se habían filtrado. Ahí ocurrieron algunos muertos, algunos asesinatos, incluso descuartizamiento de algunas personas. La idea de ellos era romper además algún mecanismo de comunicación que tuvieran Los Rastrojos allí en Puerto Santander, con alias el “Menor” y alias el “Brother”, que son los que están detenidos después de entregarse a las autoridades colombianas. Nosotros hemos podido comprobar que entre los 8 y 10 días siguientes ocurrieron alrededor de 16 asesinatos en la zona, de los que por lo menos la mitad tuvieron que ver con el tema de las fotografías.

Otras confesiones

En enero de 2023 salió a la luz pública el libro de Mike Pompeo, quien fuera secretario de Estado de EE.UU. durante el gobierno de Donald Trump. En el texto confiesa cómo, junto con el exconsejero de Seguridad, John Bolton, y el propio expresidente, plantearon invadir Venezuela con tropas militares para provocar la caída del jefe de Estado constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro.

Las revelaciones las deja plasmadas en su libro Never give an inch: Fighting for the America i love (Nunca cedas una pulgada: Luchando por la América que amo) en el que admite «en varios momentos el presidente Trump, John Bolton y yo sugerimos la opción militar para Venezuela. Ninguno de nosotros quiso hablar públicamente sobre este importante medio de presión», detalla, cita RT el viernes 27 de enero.

No es la primera vez que quienes ejercieron altos cargos en el gobierno de Trump revelen los planes de invasiones y agresiones que planificaron contra Venezuela.

Cuando fue secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper envió aviones cerca de la frontera entre Colombia y Venezuela para amenazar a la patria bolivariana. De igual forma barcos misilísticos frente a costas venezolanas. La revelación la hizo el propio exfuncionario gringo en su libro Un juramento sagrado: memorias de un secretario de Defensa en momentos extraordinarios. Así lo precisó el jueves 26 de mayo de 2022 el representante de Venezuela ante las Naciones Unidas (ONU), Samuel Moncada, durante su intervención en la Asamblea Nacional, a la que acudió para dar más detalles de los planes de Estados Unidos contra la patria bolivariana en complicidad con el régimen de Colombia, presidido en ese entonces por Iván Duque.

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, «lo único que quería era adueñarse del petróleo venezolano». Así lo confirma Mark Esper en su libro, agregó Moncada, al tiempo que expresó que el magnate le pidió al golpista Juan Guaidó «lealtad personalísima, y Guaidó se la ofreció».

La Operación Puma y la batalla de los puentes

En febrero de 2022 salió a la luz pública los ejercicios militares Puma, ordenados en 2019 por la administración del expresidente de Argentina, Mauricio Macri, planes que tenían como objetivo una posible invasión contra Venezuela, acciones que fueron reveladas por la publicación argentina El cohete a la Luna

El coordinador del Instituto en Geopolítica e Integración Regional, Francisco González, dijo en febrero de ese año en entrevista con Diario VEA que contra Venezuela el régimen de Estados Unidos, EEUU, y sus gobiernos satélites han venido aplicado un plan de agresión tras otro. En ese contexto, a su juicio la Operación Puma podría ser un plan de retaguardia, si el plan de invasión que pretendió ejecutar el golpista Juan Guaidó con el apoyo de Duque y el imperio yanqui, el 23 de febrero de 2019 tenía éxito. «Ellos calculaban que el gobierno del presidente Maduro y la defensa venezolana iban a caer en pocos días. Entonces, al tener esa situación controlada Macri no estaba en la frontera, posiblemente las tropas argentinas no iban a estar en la primera línea de combate, quizás iban a estar más en la retaguardia. Colombia, Chile, Paraguay, y Brasil con Bolsonaro, iban a estar en la primera línea. Tenían todos estos ejércitos aliados para hacerle el trabajo previo (…). Los ejércitos que iban a estar en la primera línea eran los que estaban comprometidos en Cúcuta, en febrero», explicaba.

Un pueblo que venció

El pueblo venezolano jugó un papel vital para lograr la Independencia de Venezuela. Sus hazañas están ahí, en la inmensa llanura patria donde los llaneros encabezados por José Antonio Páez, combatieron a los realistas, estuvieron presentes en la liberación de Guayana, destacaron en la Campaña de los Andes y
pelearon sin cesar en aquel inmortal Campo de Carabobo el 24 de Junio de 1821.

La valentía del poder popular siempre está presente y más cuando de defender la patria y la soberanía se trata; solo basta recordar cómo el pueblo derrotó el golpe de Estado de abril de 2002 y rescató al Comandante Eterno Hugo Chávez Frías de las garras de los apátridas.

Ese mismo pueblo que ha enfrentado y resistido sabotajes petroleros, guarimbas, guerra económica y bloqueo, es el mismo que impidió que la derecha venezolana con apoyo de paramilitares, mercenarios, los regímenes de Estados Unidos y Colombia, el Grupo de Lima y la Usaid invadiera Venezuela aquel 23 de febrero de 2019 bajo el engaño de ingresar una supuesta ayuda humanitaria a través de territorio neogranadino.

Aquella valentía quedó plasmada en el libro 23-F: La batalla que evitó la guerra de Ana Cristina Bracho. Ella, abogada de profesión pero con un intenso interés por los temas del acontecer nacional e internacional logró recopilar testimonios de protagonistas que lucharon aquel día. Además entrevistó a otras voces que analizan el antes, durante y después de aquella gesta.

El libro, publicado en 2021 por la Librería Digital CCS, y que ahora tiene una segunda edición en la colección Febreros y Abriles de la editorial El perro y la rana, adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, denota en todo momento el arrojo de ese poder popular que frustró los planes que significarían un baño de sangre y un golpe de Estado de acuerdo al plan de la derecha
nacional e internacional.

“A quienes hicieron este país, a quienes hoy lo defienden, a quienes, en el futuro lo defenderán”, dice la autora en su dedicatoria. Luego añade: “A las ancianas que picaron piedras. Al anciano descalzo que no abandonó el frente. A todos los que nos contaron cómo en esta batalla se salvó la patria”. Y más adelante en la introducción dice: “Este trabajo aspira así a presentarle a la Venezuela actual y a las que le sigan su propia historia porque vistos en las horas difíciles de aquellos días, de todas las que continuaron pasando en aquél año y todas las que vengan por delante, Venezuela sigue apareciendo como un pueblo alegre, resistente, heroico y solidario”.

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